Las deformidades de los huesos largos del esqueleto (también llamadas deformidades angulares) y su tratamiento constituyen la "esencia" de la Cirugía Ortopédica y Traumatología. No en vano la palabra Ortopedia viene del griego y significa Niño Recto o niño sin deformidades y en el libro de Nicholas Andry (1741), considerado uno de los grandes clásicos de nuestra especialidad se definía Ortopedia como el "arte de corregir las deformidades del cuerpo" fundamentalmente aplicado a la edad infantil.
Efectivamente, las deformidades angulares, en niños y adultos, son una de los motivos de consulta más frecuentes en nuestra consulta diaria. Además, desde un punto de vista médico, las deformidades óseas tienen una gran importancia ya que pueden producir sintomatología (dolor), trastornos funcionales (alteraciones de la marcha...) y, de cara al futuro, degeneración articular (artrosis). El problema estético, es importante pero no más que los anteriormente mencionados.
CAUSAS de la Deformidad
El primer paso en el estudio de una Deformidad Angular es tratar de encontrar su Causa (o Etiología) porque dependiendo de cual sea, tendremos gran parte de las claves de su manejo. Así habrá deformidades que no necesiten tratamiento porque tienden a corregir solas y, al contrario, habrá otras que sabemos que previsiblemente van a empeorar lo cual nos puede obligar a instaurar tratamientos correctores más o menos precozmente.
Dentro de las deformidades que habitualmente no van a necesitar tratamiento , destacan las deformidades constitucionales del niño pequeño (las tibias varas constitucionales, por ejemplo). Entre las que, al contrario, van a necesitar tratamiento de algún tipo las más frecuentes son las postraumáticas (fracturas mal consolidadas, etc.) y las de origen congénito.
TRATAMIENTO
Una vez que se ha decidido corregir una deformidad, el tratamiento de las deformidades angulares de los huesos, NO siempre debe ser quirúrgico aunque este último es el más frecuente. De hecho hay deformidades que mejoran con medicación (p.ej. la vitamina D en algún tipo de raquitismo) aunque sea parcialmente. En otros casos se puede intentar tratamiento con ortesis (aparatos ortopédicos) pero, en general, nosotros no somos muy amigos de utilizarlos como correctores porque tenemos poca evidencia de su eficacia.
El tratamiento quirúrgico es el más utilizado y puede ser de tres tipos fundamentalmente:
PLANIFICACIÓN
Cuando indicamos el tratamiento quirúrgico de una deformidad ósea, quizá el paso más importante es la planificación ya que sin ella, la probabilidad de sufrir un mal resultado aumenta notablemente.
El cirujano debe preguntarse cuando, donde (nivel de corrección), cuanto, cómo y con qué corregir la deformidad y sólo habiendo tratado de contestar a todas estas cuestiones (a veces no se consigue del todo) debe procederse a la cirugía.
Si está interesado/a en saber más sobre algún aspecto concreto de los alargamientos óseos pulse, por favor en el enlace de abajo.
Somos un pequeño grupo de profesionales dirigidos por el Dr. Julio de Pablos dedicados al tratamiento quirúrgico de diferentes problemas del aparato locomotor (huesos, músculos y articulaciones). Más
Dr. Julio de Pablos
Cirugía Ósea Reconstructiva Avanzada
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